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El nuevo año comenzó con una escena puramente y desgraciadamente cinematográfica para el guarda de seguridad de la tienda que Apple tiene en el parisino barrio de Opera. Ese establecimiento fue el escenario de un robo que contení­a todos los ingredientes de una minuciosa secuencia de acción propia de una pelí­cula de Michael Mann: un grupo de asaltantes armados, una coordinación milimetrada con el dispositivo de seguridad que la Policí­a francesa tení­a desplegado en los puntos donde se concentraban las celebraciones de Nochevieja y un suculento botí­n. Nada menos que un millón de euros ha sido el montante de pérdidas que ha registrado la tienda a causa de la sustracción.

Apple Store Opera

Los acontecimientos tuvieron lugar durante el momento bisagra en que las fuerzas del orden se centraban en controlar los tumultos generados durante la celebración de Fin de Año en las inmediaciones de la Torre Eiffel y los Campos Elí­seos, donde se reunieron miles de personas para festejar el cambio de calendario. Según el diario británico Daily Mail, los asaltantes aguardaron hasta tener constancia de los mayores momentos de agitación, y por tanto, de atención por parte de la Policí­a, para dar comienzo con el robo. Ataviados con armas de fuego y debidamente enmascarados, irrumpieron con violencia en el establecimiento, que apenas contaba con las medidas habituales de seguridad y con la presencia de un guarda que hací­a la ronda en el lugar, quien resultó herido durante el asalto.

Eran las nueve de la noche, según las pesquisas efectuadas en el lugar, cuando se produjo el golpe, que apenas requirió de unos minutos. La operación fue rápida y muy bien coordinada. Una furgoneta aguardaba en las proximidades al establecimiento, dentro de la cual los asaltantes introdujeron toda clase de equipos que en ese momento formaban parte del stock de la tienda. Entre otros, Apple ha denunciado la sustracción de iPhones, iPads y ordenadores iMac y MacBook. En total, como decimos, el valor del botí­n rondó el millón de euros, que podrí­a ser menos si los asaltantes se valen del mercado de segunda mano para deshacerse del material robado.

El año, así­, comienza con una tónica que no le es ajena a Apple respecto a 2012. Recordemos que el pasado mes de noviembre la compañí­a sufrió otro robo, esta vez en Estados Unidos. En aquella ocasión fueron 3.600 unidades del iPad mini las que dejó de disponer la compañí­a tras un asalto ””bastante más discreto, entonces”” en el aeropuerto neoyorquino JFK. En ese momento, como en éste, la cuantí­a económica de la sustracción rondó el millón de euros. El robo entonces se produjo, como decimos, en condiciones menos violentas que en su espectacular reedición parisina. En ese caso, los cacos se limitaron a aprovechar un descuido del responsable de seguridad para cargar palés de iPad mini hasta que fueron sorprendidos por el despistado guarda, que frustró la posibilidad de que los asaltantes duplicaran el botí­n sustraí­do.

Imagen: Pierre Durand (Google+)

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