Consejos de cómo hacer buenas fotos y cómo poner los ajustes en la cámara compacta

Una cámara compacta tiene muchas más posibilidades de lo que parece. Puede que estemos acostumbrados a poner el modo automático y disparar, pero hay muchas opciones más que nos pueden hacer sacar un partido mayor a la cámara. No hay dos compactas iguales, pero muchas de las opciones son comunes.

Una de las primeras opciones con la que podemos jugar es con los modos de imagen. Estos programas configuran los parámetros de la cámara para adaptarse a las distintas situaciones de luz. Al elegir el adecuado en cada momento (interiores, paisaje etc.) nos aseguramos de que la imagen va a quedar mejor que utilizando sólo el modo automático.

Muchas de las cámaras compactas de hoy en dí­a también permiten elegir el punto de enfoque, aunque este no se encuentre en el centro de la fotografí­a. De esta manera, podrí­amos situar el foco en un lugar puntual de la foto, por ejemplo en un rostro, componiendo una imagen con elementos alrededor que queden fuera de foco. En algunas cámaras con pantalla táctil, este proceso es tan sencillo como tocar en la parte de la pantalla que queremos enfocar.

Otra de las opciones más habituales que podemos encontrar en las cámaras compactas son los filtros de imagen. A pesar de que llevan mucho tiempo disponibles en el mundo de la fotografí­a, se han puesto de moda hace poco gracias a aplicaciones para el móvil como Instagram. Muchos de estos efectos son comunes a casi todos los modelos y producen efectos muy interesantes. Los más habituales son los de escala de grises (blanco y negro), sepia o saturado. Sobre elegir hacer fotos en blanco y negro hay tantas opiniones como fotógrafos, pero en general se suele coincidir en que es más adecuado para fotos que contengan una gran carga dramática o retratos, que para paisajes o fotos lúdicas.

No obstante, el factor más importante a tener en cuenta es siempre la luz. La foto puede contar una historia de muchas maneras, pero si algún error de exposición (sombras o partes quemadas) es demasiado evidente, puede arruinar la foto. En exteriores lo fundamental es ser conscientes de donde está el sol, y cómo debemos aprovechar su luz. Intentar sacar una foto con el sol de cara es un fracaso asegurado, a no ser que busquemos un efecto muy especí­fico.

Muchas de nuestras cámaras compactas cuentan también con un buen teleobjetivo. Una lente de este tipo puede ser muy útil a la hora de buscar el detalle más lejano para nuestras fotos, pero es importante tener en cuenta que utilizar demasiado el zoom tiene algunos efectos secundarios. Estos, como todo en fotografí­a, pueden ser un problema o un efecto muy interesante.

Cuando utilizamos el zoom, la imagen tiende a aplanarse, de tal manera que los objetos parecen estar más cerca de lo que están en realidad. Por esto, suele ser una buena idea utilizar zoom para fotografiar el «skyline» de una ciudad. Aunque los edificios altos no estén demasiado juntos, el zoom se ocupará de acercarlos y crear una colmena de edificios.

También hay que tener en cuenta que la mayor parte de los objetivos de las cámaras tienden a perder pasos de diafragma cuando aumentamos la distancia focal. Por esto, hay que saber que cuanto más forcemos el zoom, más luz será necesaria para tomar la fotografí­a. Por eso, si el dí­a no es demasiado luminoso y estamos utilizando el zooma tope, es mejor apoyar la cámara para evitar que salga movida por tener que utilizar una exposición demasiado larga. Y es que cuando el modo automático detecta que no hay suficiente luz mantiene el obturador abierto más tiempo.

Las cámaras compactas ofrecen muchas más posibilidades de lo que parece si nos decidimos a investigar un poco su uso y funciones. Con una sencilla cámara de bolsillo podemos obtener fotos de gran calidad, gracias a las ópticas que ofrecen. Este es, de momento, la gran ventaja de una cámara compacta con respecto a la de un teléfono móvil, a pesar de que la competencia entre ambos sectores es cada vez más feroz.