Windows 8 contra Windows 7

Aunque todaví­a es algo pronto para hablar del rendimiento de Windows 8, teniendo en cuenta que todaví­a faltan meses para que llegue la versión definitiva, la salida de la versión previa de este sistema permite hacerse una idea general sobre esta plataforma que llegará al mercado para recoger el testigo de Windows 7. El legado del sistema operativo más rápidamente vendido de la historia de Microsoft es un reto de una importancia capital, y Windows 8 ya ha presentado algunos argumentos para lograr convencer al público. Te presentamos una primera comparativa entre los dos sistemas en sus aspectos principales.

Interfaz.

Este es el principal cambio al que nos tendremos que enfrentar a la hora de optar por Windows 8. El sistema supondrá una ruptura con lo que hasta ahora hemos visto en Windows, alejando su foco principal del escritorio. La interfaz Metro (que se puede ver en la imagen superior) divide las distintas aplicaciones y accesos directos del sistema en bloques que se distribuyen en la pantalla. Se trata de una interfaz inspirada en Windows Phone y que está diseñada para satisfacer dispositivos con capacidades táctiles (aunque su uso con el ratón es bastante ágil).

Las principales ventajas de esta interfaz es que los elementos principales del sistema cuentan con una gran visibilidad (los bloques también sirven como alertas para mostrarnos aspectos como los correos recibidos o las novedades en las redes sociales). Precisamente, aquellos usuarios que utilicen a menudo Facebook o Twitter serán seguramente los que más valoren la nueva interfaz, ya que su integración es francamente buena.

Escritorio

Aunque Microsoft haya dado un gran paso para desviar el foco a una interfaz fuera del entorno de escritorio al que estamos acostumbrados, el escritorio pervivirá en forma de una aplicación más dentro de Metro. El interior de esta aplicación será prácticamente igual al que ya conocemos, salvo por un detalle que, no obstante, puede resultar decisivo: se abandona el menú de inicio de Windows.

Con esta decisión, Microsoft obliga al usuario a adoptar progresivamente la nueva interfaz principal si quiere contar con Windows 8, ya que el vací­o de este menú se debe llenar con la nueva forma de navegar. La transición muchas veces resultará difí­cil (lo fue en mi caso) y aunque después se comienzan a encontrar aspectos positivos, no recomendarí­a a aquellos usuarios que van a utilizar de manera casi exclusiva el escritorio que apostaran por Windows 8.

Una de las formas de paliar esta falta está en el menú de comandos avanzados, que aparece si apretamos con el botón derecho del ratón en la esquina inferior izquierda. A través de él se puede llegar al panel de control o al desinstalador de programas.

Windows 8 frente a Windows 7

Explorador

Dentro del nuevo escritorio de Windows 8, otra de las diferencias que encontraremos será la del navegador. Aunque la base es la misma, en la parte superior nos encontraremos una barra de herramientas similar a la que incorporó Microsoft en las últimas versiones de sus herramientas de ofimática Office. La barra Ribbon, muy visual y con los iconos grandes. Su uso es bastante intuitivo y los iconos están mejor repartidos que en el caso de la de Office. No obstante, es cuestión de gustos.

Lo que sí­ supone un avance interesante es la gestión de las transferencias de archivos. Con Windows 8 podemos transferir varios archivos o conjuntos de archivos diferentes desde una misma ventana, e incluso se puede controlar la prioridad de cada transferencia, pausar las transferencias o ver la velocidad que llevan.

Windows 8 contra Windows 7

Multitarea

La base de la multitarea en los dos sistemas es similar. La forma más sencilla de manejarnos entre aplicaciones estriba en apretar «Alt+Tab» e ir variando entre las diferentes opciones. No obstante, Windows 8 incorpora una franja lateral en la zona izquierda de la pantalla (basta con mantener el ratón en la esquina superior derecha y luego bajar hacia abajo) en la que aparecerán en forma de miniaturas las diferentes aplicaciones abiertas. Cuando hacemos click en ellas se colocan en la pantalla. Si utilizamos de manera habitual una sola aplicación en la pantalla, este sistema no supone un gran avance.

Cuando realmente cobra sentido es si aprovechamos la capacidad de dividir la pantalla para dos aplicaciones con la que cuenta Windows 8. El sistema nos permite colocar una aplicación a «pantalla completa» y la otra en una franja alargada a la izquierda o a la derecha de la pantalla. Y en este caso, podemos arrastrar la miniatura a la izquierda o a la derecha de nuestro panel para situar la aplicación donde queramos y después jugar con la posición de las aplicaciones. Resulta una opción bastante atractiva para aquellos usuarios que suelen utilizar muchas aplicaciones a la vez.

Rapidez y requisitos del sistema

Windows 8 mejora la rapidez de inicio que se consigue con Windows 7, aunque en las pruebas que hemos realizado esta mejora no llega a ser muy grande (estamos pendientes de llevar a cabo la misma prueba con una tarjeta SSD incorporada, ya que hasta ahora solo se ha realizado con un disco duro). Un gran acierto que está tras Windows 8 es que el sistema operativo funciona con los mismos requerimientos del sistema que tení­a Windows 7. No obstante, nos ha llegado el comentario de un lector avisando de que no ha podido instalar Windows 8 a pesar de tener Windows 7 por no ser un «ordenador compatible», así­ que es probable que Microsoft se haya aventurado demasiado rápido a la hora de anunciar esta compatibilidad í­ntegra.

Microsoft Surface

Versatilidad

La nueva interfaz de sistema va a traer consigo que los fabricantes puedan trabajar con dispositivos de muy diversa í­ndole. La apertura hacia el mundo táctil facilitará los esfuerzos creativos de las diversas marcas, y podremos dar un paso más en el campo de la integración. Los primeros equipos anunciados con Windows 8 se han sumado a la moda de los equipos hí­bridos entre tablets y portátiles, el último de ellos Microsoft Surface, la primera tableta convertible diseñada por Microsoft.

En definitiva, todaví­a es pronto para tratar algunos aspectos que requerirán comparativa entre Windows 7 y Windows 8, como por ejemplo la estabilidad del sistema o su rendimiento general. ¿Qué te ha parecido la comparativa y en general Windows 8? ¿Crees que hay algún aspecto importante que se haya dejado sin tocar?

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