Es el último invento de JVC, una cámara híbrida lujosa, carísima, y muy capaz. Lo cierto es que cuando llegue a Europa es probable que roce los 900 euros. Esto la coloca en el margen más alto de la tabla, en el grupo de las cámaras para aficionados avanzados y profesionales, pero hay que reconocer que dentro del panorama actual es una rara avis. En un mercado donde hay equipos de alta calidad capaces de hacer fotografías y vídeo, pero sólo una de las dos cosas muy bien, la GC-PX10 destaca porque puede grabar vídeo y tomar fotografías a nivel profesional.
Su sensor de imagen retroiluminado CMOS de 12.75 Mpx es capaz de hacer fotografías a 12 Mpx, lo que se traduce en imágenes con 4000 í— 3000 puntos de resolución. Además puede grabar vídeo en alta calidad Full HD 1920 x 1080/60p. No hay cuellos de botella en la transmisión de datos. Por eso puede disparar ráfagas de fotografías de hasta 60 imágenes por segundo de 8.3 Mpx, o de 30 si son a 12 Mpx. Incluso puede grabar vídeo a 300 cuadros por segundo consiguiendo secuencias con movimientos superlentos pero perfectamente definidos, aunque con calidad VGA.
De garantizar esta calidad de imagen se encarga un procesador de imagen de alta velocidad Falconbird. Como es lógico, comprime las imágenes de video pero poco. Estamos hablando de un ancho de banda de 36 Mbps. Y todavía mejor, a la vez que graba video con resolución Full HD, puede tomar imágenes estáticas a 8.3 Mpx, aunque tampoco representa demasiado problema sacar cuadros completos del propio vídeo. Se comporta bien tanto a la luz del día, como en escenas oscuras, incluso nocturnas, gracias al modo con sensibilidad ISO6400. Almacena las imágenes en su memoria de 32 GB, aunque también a través de su ranura SD.
Sin embargo, lo que más ha sorprendido a la crítica es que puede mantener la grabación de vídeo 300 cuadros por segundo durante dos horas. Los posibles usuarios también se van a fijar en su estabilizador óptico avanzado de imagen, y le podrán sacar todo el jugo a su objetivo zoom de 10 aumentos basado en una óptica KONICA MINOLTA especialmente creada para imágenes de alta definición. El manejo es sumamente sencillo, y descansa sobre un dial que permite pasar de un modo a otro con facilidad y cambiar entre los distintos parámetros de imagen si el usuario prefiere fijarlos de forma manual. Tiene entrada de micrófono y salida para auriculares.
