Las portabilidades se han convertido en un mecanismo vox populi desde que empezaron a formalizarse en el año 2002. Tanto es así, que hoy mismo son muchos los usuarios que han cambiado de operadora con la voluntad de conseguir un teléfono móvil más avanzado e incluso una tarifa mejor. El caso es que hoy mismo, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) nos cuenta que sólo el 60% de las portabilidades que se ejecutan mensualmente terminan de forma satisfactoria. ¿El dato más relevante? Que el 40% de estas acciones terminan con la contraoferta de la propia operadora y por lo tanto, ya no se formalizan.
Las operadoras evitan la fuga de clientes con contraofertas que seducen a sus clientes, cansados de recibir un trato desfavorable, con respecto a los usuarios que llegan a la propia operadora a través de una portabilidad. En este sentido, también son muchos los clientes que intentan marcharse con la esperanza de recibir una contraoferta por parte de la operadora a la que pertenecen, dejando así aparcada la futura portabilidad.
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