En Internet, el porno es lo que se tiene más a mano. Por las descargas, claro. Y eso a los responsables de las sacrificadas cintas para adultos no les gusta nada de nada. No obstante, no ha sido hasta el estreno de Batman XXX: A Porn Parody (como suena) cuando el productor y director de la película, Axel Braun, se ha decidido a atajar el problema de raíz: yendo a por el consumidor.
El señor Braun ha visto cómo su obra ha sido descargada, al menos, por casi 7.100 usuarios, quienes, hayan disfrutado o no de las aventuras del hombre murciélago con el disfraz más barato de cintura para abajo de cuantas películas del personaje se conocen, habrían incurrido en un delito que el propio artista se ha encargado de denunciar ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos de Virginia Occidental. Es decir: ya no se denuncia a organizaciones de consumidores, a asociaciones de Internet o servicios de descargas. La fórmula se simplifica y se opta por perseguir directamente al usuario.
La demanda iniciada por Axel Braun se sustenta sobre el acto de haber compartido mediante programas y redes P2P la citada película, de modo que pondrá ante el juez a todos los usuarios, buscando cierta ventaja en la desprotección que los implicados puedan tener de forma individual.
Las ocasiones en que los creadores se querellan directamente con los usuarios son muy reducidas, ya que la mayorías de los marcos legales que amparan este tipo de acciones requieren de la identificación de los acusados.
Este hecho es difícil de obtener, ya que aunque los ordenamientos jurídicos de cada país tienen sus propias normas y características, la mayoría coinciden en que las direcciones IP (que son la información que identifica a un usuario a través de un ordenador conectado a Internet) son datos de carácter personal que no pueden ser expuestos de forma pública sin el consentimiento del usuario. Eso dificulta enormemente la acción directa de los afectados por las descargas contra los usuarios que estarían vulnerando sus derechos de propiedad intelectual.