Por sus peculiares características, los netbooks parecen los ordenadores más apropiados para actividades escolares. Acer, uno de los principales fabricantes de estos equipos, ha querido valorar cómo podrían introducirse en las aulas, y cuál podría ser su aplicación práctica en ese entorno. Por ese motivo ha puesto en marcha el programa Acer for Education en colaboración con la European Schoolnet, la red europea formada por 31 Ministerios de Educación de diversos países.
La fase experimental del proyecto se desarrolló entre los meses de enero y julio. Participaron 70 clases de escuelas en Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Turquía, además de España. Cada alumno y cada profesor de secundaria recibía un netbook para usar como herramienta de aprendizaje, coordinados por un equipo encargado de planificar las tareas educativas para clase y para casa. Incluso debían proponer trabajos interdisciplinares que enlazasen distintas asignaturas entre sí.
Por ahora, en esta primera tentativa de Acer sólo se han tenido en cuenta las opiniones de los profesores, que por otro lado han realizado valoraciones positivas de la iniciativa. Según los cuestionarios analizados, el 74% considera que estos portátiles favorecen la enseñanza personalizada. Obviamente ayuda a que los estudiantes mejoren sus capacidades informáticas, aunque la mayoría no cree que sean tan efectivos para desarrollar las habilidades sociales o el espíritu de crítica.
Entre los docentes preocupan los problemas técnicos que podrían sufrir los ordenadores, como el bloqueo accidental del sistema o la imposibilidad de acceder a Internet. A raíz de esas incidencias, la falta de asistencia técnica en los centros es otro de los obstáculos que más les inquietan. Sin embargo, la duración de la batería no es algo que les inquiete. Al contrario, asumen que su autonomía es óptima para la enseñanza. También se muestran conformes con el peso y las medidas de los netbook (en la prueba se usaron modelos de diez pulgadas).
Otra de las conclusiones del estudio de Acer es que la mayoría de profesores utilizarían sus ultraportátiles principalmente para actividades en el colegio. Sólo un 35% extendería el uso de los netbooks escolares para deberes a realizar fuera del horario de clase. Todavía es menor el porcentaje de los que organizarían tareas colaborativas desde casa, en las que los alumnos se organizarían a través de Internet.