Problemas para Amazon y problemas para el Kindle. Varias editoriales se han puesto en pie de guerra contra el popular catálogo online, y no se trata de ningún farol. El motivo de la discordia es el precio final al que se venden los ebooks. Mientras que Amazon quieren mantener un tope de 10 dólares (7,3 euros), las compañías insisten en obtener libertad para colocar a sus títulos el importe que crean conveniente.
La última empresa en sumarse a este pulso contra Amazon ha sido Hachette, que quiere vender sus libros más populares entre 13 y 15 dólares (de 9,5 a 11 euros), aunque reduciéndolo a 6 dólares (4,3 euros) en aquellas publicaciones que lleven más tiempo en circulación. Otras dos, Macmillan y HarperCollins, ya habían reclamado medidas similares para controlar el precio de sus ejemplares digitales. No se trata de ninguna casualidad. Son tres de las cinco editoriales que recientemente han firmado acuerdos con Apple.
Los de la manzana mordida quieren explotar las posibilidades de su nuevo iPad táctil como lector de libros electrónicos. Y estas tres compañías no sólo han encontrado en el iBookStore una vía de expansión para su actividad. También es una ruta de escape de la política restrictiva de precios que hasta ahora ha llevado a cabo Amazon. Se rumoreó que amenazarían con la retirada de todas sus publicaciones, aunque realmente fue la tienda virtual la que llegó a suprimir temporalemente todo el catálogo de Macmillan como medida de presión.
Ante este enrarecido clima, Amazon ha decidido finalmente dar su brazo a torcer. Estas tres entidades están autorizadas para vender sus bestsellers al coste que prefieran, y serán los consumidores quienes decidan si merece la pena el gasto. Macmillan y las otras argumentan que la medida favorece el modelo de negocio del Kindle, pues los lanzamientos relevantes se producirán simultaneamente en formato impreso y digital con un importe equiparable (parece lo más benecifioso según indican las últimas cifras). Pero como fabricante de un lector de libros electrónicos, Amazon considera más conveniente mantener precios económicos que fomenten la compra, e insta al resto de empresas a no seguir los pasos de estas tres “ovejas descarriadas”.
La situación parece resuelta por el momento, pero no parece que ninguno de los bandos haya dicho aún su última palabra. Incluso antes de su lanzamiento, el iPad ya ha logrado generar controversia entre dos bandos que, a fin de cuentas, tienen intereses comunes y están obligados a entenderse. En Apple se frotan las manos, aunque siguen dependiendo de la aceptación que tenga su nueva tableta táctil. De momento ha convencido a las grandes editoriales (lo de la protección DRM les encanta). ¿Y a los consumidores?
Fotos: CarbonNYC / myuibe. Vía: Electronista
Todo esto solo promueve una sola cosa, la pirateria. Es simple, a mayor precio de los libros, mas ganas de buscarlo gratis por la web.
Toda la razón del mundo, yo soy dueño de un kindle dx y libro que pasa de 8$ libro que me descargo en vez de comprar, asi de claro.
Estos son imbéciles… se creen que porque haya llegado el iPad van a vender la leche de libros… me rio yo… en cuanto alguien empiece a leer libros en el iPad, y después de 1 semana de uso (o de unas horas de uso), vea que se le cansa la vista y que no lo soporta… a ver cuántos libros sigue comprando en la tienda de apple… yo creo que es un fracaso desde el principio, y que dentro de unos meses veremos cómo se va a tomar pol saco, bajarán las ventas de forma escandalosa… entonces volverá Amazon y les pondrá las pilas con un ultimatum… o bajais los precios de verdad u os vais sólo con apple a ver que tal os va 🙂
Por lo visto las editoriales quieren repetir todos los errores de las discográficas (qué lumbreras)