Que Papá Noel está a la vuelta de la esquina, todo el mundo lo sabe. Pero no todos están preparados para enfrentarse a las compras navideñas con antelación. Por eso existen tiendas como Amazon.com, la tienda online con más movimiento del planeta. Y más en las fechas que corren. Estrenada en 1995 en Seattle (Estados Unidos) por un tal Jeff Bezos como tienda de libros, a día de hoy ya cuenta con una facturación anual de 19.166 millones de dólares y un beneficio neto de 645 millones. Y es que no estamos ante una tienda de naturaleza corriente.
Los almacenes de Amazon no cierran nunca, exceptuando el día de Navidad, en el que la cadena se para por completo como si de un rito sagrado se tratara. Amazon cuenta con varios centros logísticos distribuidos por todo el mundo. Y no es habitual verlos en funcionamiento, algo que sí ha podido ver el diario británico DailyMail. En este caso se trata del almacén que distribuye para Reino Unido, aunque también para numerosos clientes del resto de Europa que hacen pedidos a través de Amazon.co.uk.
La logística de este almacén tiene lugar en una superficie extensa como ocho campos de fútbol, gracias al trabajo de cerca de un millar de empleados. Desde sus almacenes en Milton Keynes (en el sureste de Inglaterra) se envían paquetes a todo el mundo, con productos de lo más dispares, organizados únicamente teniendo en cuenta el tamaño.
Es así como pueden estar juntos una colección de libros, una muñeca a pilas o un jarrón de porcelana china. El caso es que Amazon ha logrado organizarse de tal manera que todo el mundo recibe el regalo que ha seleccionado a través de la web, cuidadosamente envuelto según sus medidas. Los paquetes pequeños en papel de color rojo, los grandes de color oro y los demás en cajitas pintadas de plata. Tareas que la maquinaria ejecuta con total sigilo y sin cometer el más mínimo error.
Una vez envueltos, los paquetes se envían al camión que realizará la ruta más acertada para llegar a su feliz destinatario. Tanta es la precisión del pedido, que Amazon.com ha asegurado que los encargos de la tarde del día 24 podrían llegar esa misma noche, como si los hubiera transportado el mismísimo Papá Noel. Habrá que ver si su retoño Kindle llega al calcetín con el mismo rigor inglés.
Vía: DailyMail
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