La nueva serie 8500 de Samsung está compuesta por dos televisores FullHD de 46 y 55 pulgadas de diagonal respectivamente, y cargados con las últimas tecnologías de la casa. Por eso han logrado empaquetar toda la electrónica en una carcasa que apenas tiene 4 cm de fondo. En este caso el fabricante coreano ha decidido emplear tecnología de LED blanco para retroiluminar las pantallas, pero en lugar de colocarlos en dos filas en los laterales de la pantalla como en modelos anteriores, se distribuyen tras el panel de imagen. Esto permite un control local de la iluminación, con una espectacular mejora del contraste.
Los colores son vivos y brillantes, y los movimientos en pantalla muy bien definidos y perfectamente delimitados. Estos televisores tienen una respuesta de 2 milisegundos, y tasa de refresco de 240 Hz. La conectividad es muy completa. Incluye cuatro entradas HDMI, una de vídeo por componentes, dos puertos USB, la conexión ethernet, una salida óptica, y una entrada VGA. Además ofrecen nuevas prestaciones como la suite Samsung Media 2.0, que permite ver contenidos desde Internet. En fin, estos televisores pueden reproducir contenidos almacenados en red porque presentan compatibilidad DLNA.
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