442 metros de altura y 110 plantas. La Torre Sears (ahora Torre Willis), ubicada en plena ciudad de Chicago, tiene el honor de ser desde 1973 el rascacielos más alto de Estados Unidos (con permiso del Chicago Spire). Por si eso no fuera suficiente, este impresionante edificio ha inaugurado una nueva atracción a prueba de vértigo: The Ledge (“la cornisa” en castellano).
Consiste en una serie de cabinas totalmente acristaladas que rodean al piso 103, el cual suele funcionar como mirador abierto al público. Puesto que incluso el suelo es de cristal, los visitantes tienen la impresión de estar flotando a 412 metros de altura. Una sensación que, además de quitar el hipo, proporciona unas extraordinarias vistas de la ciudad que le rodea.
Al igual que en los ascensores, cada una de estas urnas tiene capacidad para unas cuatro o cinco personas. Pocos se atreverán a no hacer caso a esas indicaciones, ya que además se puede percibir la vibración del edificio en los días de mucho viento. Aparte, un sistema motorizado basado en correas transportadoras hacen que estas urnas sean retráctiles, facilitando el trabajo de limpieza y mantenimiento a los empleados poco amigos de las alturas.
La oficina de Skidmore, Owings y Merrill (los arquitectos que diseñaron originalmente la Torre Sears) ha sido la encargada de realizar esta reforma en la imponente construcción. Con ella se espera incentivar a los más de 1,3 millones de visitantes que el rascacielos recibe anualmente. Así que aquel que quiera desafiar a las alturas tiene una parada obligatoria en The Ledge.
Vía: Gizmag
"Además se puede percibir la vibración del edificio en los días de mucho viento".
Hay que tener ganas de estar en el cristal ese y escuchando ruiditos.
Que acojone! Y los niños ahí tumbados tan tranquilamente… ufff xd
Como se suele decir… "Pa' Cagarse!"