Martin Jetpack, ese es el nombre de un curioso vehículo para desplazarse por el aire. Durante muchos años, el sueño de los vuelos individuales ha estado en la mente de muchos científicos e ingenieros, y parece ser que ya lo tenemos. No es que sea como el traje de Iron Man, pero el Martin Jetpack nos permite volar a casi 100 km/h, con una altitud de 8000 pies, es decir, casi dos kilómetros y medio. Eso sí, sólo durante 30 minutos, por eso habrá que tener cuidado con la altitud para no quedarnos sin combustible en un punto de no retorno al suelo… de no retorno suave, claro está. Para evitar problemas mayores, el último modelo del Martin Jetpack incorpora un paracaídas capaz de soportar el peso de todo el equipo y su tripulante.
Habrá que ver cuál es el inconsciente que paga 100.000 dólares, más de 71.000 euros, para conseguir uno de estos jetpacks, de los cuales sólo se van a vender diez durante el primer año.
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La pregunta que cabría hacerse es qué ocurre si hay un fallo en el sistema a baja altitud. Esa misma pregunta ya se la ha hecho el ingeniro que lo diseñó y, aunque el paracaídas no pueda abrirse a tiempo, el Jetpack lleva un sistema de emergencia, propulsado por cohetes, para frenar la caída.
Una de las ventajas es que no se necesita una licencia de piloto para utilizarlo, puesto que no es una aeronave, es más bien, como un cinturón de vuelo. Pero los diez que lo obtengan este año deberán tener cuidado cuando invadan el espacio aéreo, sobre todo el americano, si no quieren recibir un misil tierra-aire sin previo aviso.
Los mandos del aparato son básicos. Sólo lleva dos palancas de control, a modo de joysticks. Una de ellas es la que controla el cabeceo y la otra la que controla la propulsión y la orientación.
Ha sido fabricado con acero, semejante al de los aviones, y fibra de carbono para aumentar al ligereza. Un capricho, en defnitiva, muy jugoso para superestrellas del cine y algunos jeques árabes.
Vía: Oh Gizmo