Llegas a la oficina, como cada lunes, cansado y malhumorado. Te sientas en tu puesto y miras el teclado. El que antaño fuera un brillante, blanquito y molón teclado, ahora languidece bajo una capa de roña que la señora de la limpieza evita como si se tratara del Ébola. Entre las teclas y esa bandejita transparente, los pelos conviven en feliz armonía con restos de doritos, hebras de goma de borrar y una próspera comunidad de ácaros que ya han llegado a la edad del bronce, por lo menos.
Mientras meditas sobre la futilidad de la higiene, una luz misteriosa aparece a tu espalda. De repente, de una grieta espacio temporal aparece una señorita con un mono ajustado blanco y te dice muy sonriente:
-¡Hola!. Vengo del futuro y te traigo lo último en limpieza para tus gadgets!… (redoble de tambores)”¦ Cyber Clean!!
Sin más preambulos, la viajera espacio-higiénico-temporal muestra un bote y saca de su interior un moco enorme, titánico, colosal. Un moco color amarillo ballerina que parece extraido de las fosas nasales de un mamut rinítico clonado en el 2066.
”“Este es el futuro de la limpieza– Proclama alzando el moco sobre su cabeza.
”“Esta sustancia viscosa atrapará toda la suciedad de tus gadgets por muy incrustada que esté-.
Como si esta fuera explicación suficiente, la desconocida comienza a estrujar con brío el moco sobre el teclado, provocando un “chof, churruf” tan desagradable como fascinante. Al de unos cuantos frotamientos, el moco ha fagocitado las pelusas, doritos y hebras de goma de borrar y la civilización de ácaros se ha enfrentado a un apocalipsis sin precedentes que más adelante sería recordado en los anales acáricos como “el advenimiento del gran moco devorador”.
En contra de lo que pudiera parecer, Cyber Clean existe y es un producto serio fabricado en Suiza. Se trata de un compuesto sintético similar al blandiblú pero con una consistencia más elástica y resistente. Este compuesto se cuela en todas las grietas, ranuras y sitios inaccesibles de nuestros gadgets, llevándose consigo los restos de suciedad y matando, de paso, los gérmenes. Y es que no hay que olvidar que el teclado del ordenador tiene más bacterias que un inodoro.
No moja la superficie que limpia así que puede utilizarse sobre cualquier dispositivo. Además, es completamente biodegradable. Cada “moco” puede reutilizarse un cierto número de veces. Eso sí, su precio es bastante más caro que una bayeta de toda la vida. Un pack de cuatro Cyber Clean cuestan 14,95 euros. Disponible también en versión para vehículos desde su página oficial.
Como para que lo hagas en el trabajo y los demás vean toda la mierda que tenías ahí metida. A mí no me pillan con eso hasta que no venga en color chocolate…