Todos nos quejamos de ella, pero nadie hace nada por evitarla. Más del 68% de abonados a líneas fijas o móviles de teléfono han recibido llamadas o SMS con fines publicitarios. Y, a pesar de las molestias, sólo un 1% del total ha tomado alguna medida para no ser objeto de estas molestas intromisiones. Son los datos que revela la última encuesta del CIS.
Según explica la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la preocupación ciudadana ha aumentado. Los usuarios reciben llamadas de otras operadoras y SMS de forma masiva. Todo esto, por supuesto, sin haber solicitado esta información previamente. Pero es que tampoco existen mecanismos sencillos para que el usuario pueda manifestar su desaprobación. Las operadoras no lo ponen nada fácil y la propia AEPD sigue utilizando un lenguaje complicado en su página de ayuda, que parece especialmente dirigida a expertos en derecho. Y no a ciudadanos de a pie.
Según la AEPD, si los españoles ejercieran sus derechos de cancelación, se ahorrarían un 53% de las llamadas comerciales. Esto se explica porque es el mismo porcentaje de compañías que utiliza las guías telefónicas para localizar números de teléfono. Pero, ¿por qué no ejercen sus derechos los abonados? ¿Será que las compañías telefónicas lo ponen tan difícil, que les resulta más fácil pasar del asunto? Lo más grave del asunto es que, incluso ejerciendo el derecho, la propia AEPD está reconociendo que tampoco nos libraría del 47% de las llamadas comerciales restantes.
Pero el problema va un poco más allá cuando hablamos de teléfonos móviles. Las compañías seleccionan de forma aleatoria los números, sólo teniendo en cuenta los prefijos de la competencia. Al no pertenecer a una persona en concreto, la Ley Orgánica de Protección de Datos queda en entredicho y las empresas aprovechan el vacío legal para bombardear con publicidad a los pobres usuarios. Por otra parte la AEPD, tampoco persigue a las empresas que practican estos abusos. ¿Habrá que esperar a que llegue la esperada solución del Gobierno?
La indefensión del usuario es total. Uno puede probar suerte e intentar desaparecer de la guía telefónica. Incluso es posible conseguirlo después de mucho empeño. En breve, os explicaremos cómo.
Pero con este panorama, parece que es mejor optar por una solución alternativa como el Truecall, un invento para frenar las llamadas molestas. Al menos que los organismos oficiales se molesten realmente algún día en poner freno a estos abusos.
Fotos de: iamloved, striatic y biglakebrian / Vía: El País