El ciberdespacio, que es como llamamos coloquialmente a la Internet de banda ancha en España, se destaca un poco más respecto al resto de países. Es lo que dice el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el cual la penetración de este tipo de conexiones en España se ha distanciado de la media de los 30 países que componen esta organización.
Los datos son de diciembre de 2007, y muestran que en nuestro país el 18% de la población tiene acceso a la banda ancha, mientras que la media de la OCDE es del 20%. Es decir, estamos 2 puntos por debajo de la media cuando hace sólo seis meses la diferencia era de 1,67 puntos. En un lenguaje más técnico, esto significa que la brecha digital entre España y países como Irlanda, Nueva Zelanda, Austria, Suiza, Noruega o Islandia ha aumentado un poco más.
España ocupa el puesto número 21 en cuanto a penetración de la banda ancha, quedando por delante de países como Italia (17,2%), Portugal (14,4%), Polonia (8,8%) o México, que cierra la lista con un escaso 4,3%. El problema se debe al poco crecimiento respecto a 2006, de sólo un 2,94%. Una faceta en la que nos han superado, entre otros, Luxemburgo (7,01%), Irlanda (5,89%), Grecia (4,54%), República Checa (4,04%) y hasta Hungría (3,55%).
La situación ya era poco favorable. Pero es que de un año a otro bajamos un peldaño más. O mejor dicho, mientras hemos dado un paso, países con un desarrollo económico similar o inferior al de España han pegado dos zancadas. En cualquier caso, estos datos pueden interpretarse según el interés de quien los vea. Las autoridades podrían ignorar estas cifras y enorgullecerse de que ya hay casi 8 millones de españoles conectados a la banda ancha (concremante, 7.951.905 españoles).
Algo que no sería de extrañar, teniendo en cuenta la postura de la CMT hace casi un año sobre otro informe de la OCDE. No importa si los datos negativos provienen de la OCDE o de la propia Comisión Europea, el caso es destacar que estamos creciendo (aunque lo hagamos a paso de tortuga). Sin embargo, aún queda algo de esperanza. Veremos cómo influyen en la situación el paso gratuito de 3 a 6 megas y la nueva velocidad de 30 megas. Crucemos los dedos.
+ info: Informe OCDE