Hasta ahora el horno era un electrodoméstico oculto y cerrado, escondido detrás de una puerta. Pero esto va a cambiar. Miele ha sacado a relucir un nuevo modelo de horno al descubierto. Nada de cajones cerrados. Este modelo llamado Salamandra es un horno de los que usan los chefs profesionales. Cocina los alimentos «al aire», con lo que uno se ahorra la ardua tarea de abrir y cerrar el horno para comprobar cómo va el gratén. Y, de paso, se evita perder enormes cantidades de aire caliente y retrasar la cocción.
Este horno cuenta con una superficie de acero inoxidable y con una placa de inducción como base. La Salamandra ofrece un manejo sencillo, incluso para cocineros poco acostumbrados, mediante dos mandos giratorios y dos pilotos de control de funcionamiento y calor residual. Y para los más despistados, la placa ofrece un sistema de bloqueo contra todo ente que pudiera acercarse cuando está caliente.
Este tipo de horno era (hasta ahora) un aparato para grandes cocinas profesionales. Miele da la oportunidad de instalarlo en las casas de los chefs caseros más exquisitos. Tiene la utilidad de mantener los platos calientes, con un calefactor radiante situado encima de los platos, a la vez que permite gratinar o caramelizar los alimentos.
Otra de las ventajas de este sencillo aparato es que resulta incluso apto para cocinas pequeñas. Si ya no te queda espacio, puedes almacenar la Salamandra en el armario una vez se haya enfriado, dado que presenta unas medidas aceptables. Aunque no tanto como para integrarlo en la cocina modular casi de bolsillo. En concreto, mide 364 mm de ancho x 500 mm de fondo. Pequeño pero potente, ya que alcanza una potencia de 1’80 kW y dispone de 12 niveles para graduar la cocción. Para la limpieza incorpora el catalizador AirClean, que se encarga de absorber todos los vapores y olores evitando cualquier reducto de grasa en la cocina.
La Salamandra de Miele ya se está comercializando en los establecimientos autorizados a un precio recomendado por el fabricante de unos 2.400 euros.
Para completar la jugada, sólo falta que además se pueda controlar por voz. Así, podríamos pedirle que nos prepare la comida para cuando lleguemos a casa.
