Entre el 75 y el 80 por ciento de los videojuegos de PC que se usan en Estados Unidos, son piratas. El índice es todavía mayor en Europa, en dónde sobrepasa el 90 por ciento. En el caso de Asia, que es seguramente el continente con mayor índice de falsificación, no hay estadísticas, pero seguro que superan a cualquiera de estos dos continentes. Esto es lo que comenta Michael Fitch, Director del Departamento Creativo de la empresa editorial THQ, en un foro de Internet llamado quartertothree.
Harto de ver que juegos como Bioshock se vendían en proporción de 5 a 1 para las consolas, o que del afamado Call of Duty 4, sólo se vendía uno para PC por cada 10 que se vendían para consolas, decidió plasmar su enfado en forma de protesta en un sitio en donde muchísimas de estas personas que deciden descargarse o grabar los juegos iban a verlo, en un foro sobre videojuegos en dónde abundan las consultas sobre problemas con cracks y juegos pirateados.
Según Michael Fitch, no vale la excusa de que se decide descargar un juego en lugar de comprarlo porque no hay demo disponible, o que de todas formas, la persona que lo descarga no lo iba a comprar. También se quejaba del daño que hace la gente cuando dice que su videojuego da un error, sin especificar que no está usando una copia legal, cuando, en un determinado momento, deja de funcionar o se queda atascado en algún punto. Según él, se trata de métodos de validación de la autenticidad del videojuego que actúan así al detectar un software ilegal y que esta gente no se debería de quejar, ya que lo que hacen es provocar que las ventas de ese título se vean mermadas a causa de estas falsas afirmaciones.
Pone el ejemplo de que si alguien tuviese una tienda, y de cada diez productos que salen de sus estanterías, nueve fuesen robados, seguramente se haría un negocio insostenible y esto perjudica sobre todo, al desarrollador y a las pequeñas compañías. Es evidente que las cifras de piratería y falsificaciones han ido creciendo de forma estrepitosa en los últimos años y que títulos que todavía no están en las tiendas, ya están colgados en la red. De lo que no habla el señor Fitch es de la causa de esta situación tan irregular.
En las facultades de Economía se enseña que en los mercados donde hay competencia, la oferta corrige a la baja los precios. En un mercado donde existe monopolio de algún producto concreto (¿es el caso del cine, la música o los videojuegos?) el consumidor pagará un precio abusivo sólo si no tiene otra alternativa.
Es el eterno dilema entre los precios abusivos que tienen los videojuegos, películas o discos de música y la facilidad que ofrece Internet para «conseguirlos» de forma alegal, ilegal o como sea. Y es un hecho que ni siquiera anuncios antipiratería tan fuertes como éste han hecho que decaiga el índice de descargas ilegales, tal como se puede ver en esta encuesta.
Ante esto y después de «conseguir» que nos cobren canones descomunales, después de criminalizar a la población y de presuponer que todos somos delincuentes… ¿no deberían pensar alguna alternativa sensata y realista tanto los legisladores como los responsables de estas industrias?
Las compañías discográficas, presionadas por lo que ocurre en el mundo real, están empezando (aunque un poco tarde) a vender tonos, diversificar su negocio y, en definitiva, a cambiar tímidamente de estrategia.
Vía: crunchgear. Fotos: Tatiana Sapateiro.
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