Qué suerte tienen los millonarios de este mundo, que pueden permitirse tener un cine de lujo en el jardín de casa si así lo desean. En cambio, el resto de los mortales hemos de quebrarnos la cabeza un día sí y el otro también para optimizar al máximo el espacio de nuestros hogares. A veces la única solución viable es meter todos los muebles comprimidos en una caja, o irse a vivir a una pequeña cabaña itinerante. En otras, bastaría con ganar el espacio que nos ahorran Tall y Tiny, estas lámparas en dos dimensiones para poner en la pared.
El diseño es, admitámoslo, demasiado simple y muy complicado de encajar con el resto de la decoración de una habitación. A cambio, ganamos todo el espacio que ocuparía una lámpara convencional, ya que ésta carece por completo de volumen. Están hechas en papel de vinilo y gracias a su superficie adhesiva las puedes colocar en cualquier parte como si fuesen pegatinas: detrás de una puerta, en el techo o incluso en el suelo si quieres conseguir una iluminación más creativa o extraña. O por qué no, hasta en el interior de un armario.
La responsable del ingenioso invento es la diseñadora italiana Alice Rosignoli. Pensando en las necesidades individuales de cada persona y habitación, ha concebido dos modelos diferentes clasificados según su tamaño: Tall, la más grande, se utilizaría como luz principal para iluminar salas enteras; Tiny, la más pequeña, como luz de escritorio para la lectura o la sala de estudios de casa. Ninguna de las dos está a la venta para el gran público, ya que de momento sólo han sido presentadas en la Feria del Mueble de Estocolmo.
Vía: DVICE