Acceder al circo de la Fórmula 1 es muy complicado. Llegar a él requiere mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación, y en numerosas ocasiones los futuros pilotos deben introducirse en este mundillo desde que son unos churumbeles. Una buena forma de meterles el gusanillo por las carreras a esa tierna edad puede ser poner en sus manos este magnífico Ferrari FXX a pedales fabricado por Berg Toys.
Puede que no tenga las fantásticas prestaciones de los de verdad, pero aún así se trata de un vehículo de juguete de primera categoría. Está equipado con una transmisión de siete velocidades, ordenador de a bordo, frenos de disco, asiento de piloto profesional con arneses de seguridad y unas ruedas dignas del mejor monoplaza de todos los tiempos. Vamos, que si no es por su tamaño, nosotros estaríamos encantados de conducir en él hasta la oficina.
El único problema que le encontramos a esta maravilla de la ingeniería automovilística infantil es su desproporcionado precio. Y es que, al igual que ocurre con sus hermanos mayores, este coche está orientado a una clientela elitista con una cartera bien forrada de billetes. El modelo estándar cuesta 730 dólares él solito (496 euros), pero es que el coste de la versión exclusiva se dispara por las nubes: 2.200 dólares (¡¡casi 1.500 euros!!).
Claro que, con una máquina de esta categoría, que no te extrañe si el niño se convierte en el campeón absoluto de todas las competiciones del colegio, o que humille a todos los segway tuneados del barrio. Quién sabe, igual termina convirtiéndose en el sustituto de Michael Schumacher en la escudería del Cavallino Rampante. De momento, seguro que triunfa entre los asistentes al futuro parque temático que Ferrari inaugurará en 2009.
Vía: Bornrich