Un estudio sostiene que el móvil perjudica el sueño 3
Los fabricantes de teléfonos móviles suelen encargar estudios para demostrar que sus productos no son malos para la salud. Pero si el estudio «sale rana», la polémica está servida. Es lo que ha pasado con una investigación encargada por el Mobile Manufacturers Forum (MMF), asociación de fabricantes entre los que se incluyen Nokia, Samsung, Motorola y Sony Ericsson, entre otros. El estudio concluí­a afirmando que las radiaciones del móvil pueden perjudicarnos durante nuestras horas de sueño.

Según el estudio, publicado por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), usar un móvil antes de dormir provoca que la persona tarde más tiempo en llegar a un estado de sueño profundo. Y una vez alcanzado dicho estado, éste dura menos de lo normal, por lo que la función reparadora de acto del dormir es menor que en condiciones normales (en ausencia de las radiaciones que emiten estos dispositivos al funcionar). Como consecuencia, esto puede provocar durante el dí­a los mismos sí­ntomas de haber pasado «una mala noche» en la cama: dolor de cabeza, cansancio, confusión, depresión…


Un estudio sostiene que el móvil perjudica el sueño 3
Para llegar a estas conclusiones, los autores del estudio se basaron en pruebas de laboratorio realizadas a 35 hombres y 36 mujeres de entre 18 y 45 años. A todos los participantes se les hizo creer que serí­an expuestos a radiaciones de telefoní­a móvil. Sin embargo, esto sólo fue aplicado a una parte de los participantes, mientras que los otros no recibieron ninguna radiación. Esto se denomina efecto placebo, algo que intenta evitar que la predisposición psicológica de la persona afecte al resultado de la prueba.

El caso es que los investigadores detectaron que los que sí­ fueron expuestos tardaron más en llegar a las fases más profundas del sueño y permanecieron menos tiempo en ellas que los que fueron «engañados». Según el profesor Bengt Arnetz, que dirigió la investigación, esto demuestra que el uso del teléfono móvil tiene «efectos medibles en la actividad cerebral (…), provocando que la persona esté más alerta y concentrada, disminuyendo su habilidad para relajarse y quedarse dormido».

Lo más curioso del asunto es que arroja cierta duda sobre la fiabilidad de los estudios encargados por este tipo de organismos y empresas, ya que la MMF no ha tardado en maquillar el estudio a posteriori, afirmando que las conclusiones del MIT no son concluyentes. En teorí­a, los estudios se encargan para salir de dudas, no para ver si sus conclusiones son favorables a nuestra causa, silenciándolas o cambiándolas en caso contrario.

Esperemos que el gobierno británico no haga lo mismo con su estudio sobre los efectos del Wi-Fi sobre la salud.

Ví­a: The Independent

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