La «tele del futuro» llega a España sin prisa pero sin pausa. Lo que más encontramos son sintonizadores para poder ver la Televisión Digital Terrestre (TDT). En concreto, 7,5 millones, según los últimos datos de Impulsa TDT. Lo que resulta más difícil de encontrar son casas o personas que realmente la vean. Y es que sólo el 26% de los hogares españoles recibe la señal de la TDT.
Este formato de televisión comenzó a funcionar de verdad en Noviembre de 2005. Hace unos meses os hablábamos del crecimiento lento pero constante de la TDT en España. Han pasado dos años desde su inauguración y todavía no se puede decir que la mayoría de los hogares españoles esté conectada. Y eso que cada vez queda menos para el 3 de Abril de 2010, fecha en la que el apagón analógico nos obligará a adaptarnos a la nueva era digital si queremos seguir viendo la tele.
Para ver la TDT, tienen que cumplirse tres condiciones: vivir en una zona con cobertura, que la antena de la casa o edificio esté adaptada y tener un sintonizador conectado a la tele. En el primer punto, España progresa adecuadamente. La cobertura de la señal ha crecido hasta el 85,38% de la población, y la previsión es que en Septiembre de este año se llegue como mínimo al 88%, para cerrar el año con un 90%.
El retraso más preocupante lo encontramos en los edificios adaptados, que sólo llegan al 47% de los edificios con 3 ó más viviendas. Nos referimos a la adaptación de la antena comunitaria y la comprobación del cableado que lleva la señal desde la antena hasta los hogares.
Y llegamos al punto final, los sintonizadores. Aquí sí ha habido un empuje notable. En apenas seis meses, hemos pasado de 4,7 millones a los citados 7,5 millones de sintonizadores (gracias en buena parte a la venta de los nuevos televisores con receptor integrado).
Al final, si sumamos todo, nos encontramos con la triste realidad de que la cuota de pantalla de la TDT sólo es del 9,1%. Es decir, si juntásemos a 100 españoles viendo la tele al mismo tiempo, apenas 9 sintonizarían la señal a través de TDT (hace medio año sólo serían 6 personas).
Y es que, para cambiar la forma de ver la tele de todo un país, ayuda mucho que la programación de la nueva alternativa sea innovadora y atractiva. Éste es un problema que analizó Jesús Casado, vicepresidente de ASIMELEC, durante un congreso sobre TDT celebrado en Madrid en Diciembre. «Si los contenidos son los mismos en analógico, parece difícil que los usuarios inviertan masivamente en productos para TDT».
Esto podemos comprobarlo echándole un vistazo a lo que, salvo en contadas excepciones, ofrece la programación de la TDT española. Tenemos los mismos canales de toda la vida, otros que nos ofrecen reposiciones de programas antiguos e incluso algunos que, en las horas nocturnas, usan teletiendas ininterrumpidas o sencillamente el sonido de una emisora de radio sobre una imagen fija. Y esto no es de recibo cuando además la calidad de las imágenes dista mucho de ser lo que prometía la TV digital del futuro.
Por ello no es de extrañar que las opciones de pago, como el cable o el satélite, estén más extendidas que la TDT. Y es que el 57, 4% de los hogares españoles tiene acceso a canales digitales, pero sólo el 26% recibe la señal de TDT. Este sistema «para la mayoría de los radiodifusores es una obligación y algo en lo que ni están interesados, ni creen», sentencia Casado.
Mientras tanto, en países como Francia llevan mucho camino adelantado, y comienzan a trabajar en los contenidos en alta definición o en la posibilidad de llevar la señal televisiva a las pantallas de teléfonos y otros dispositivos móviles. Por ello resulta necesario que las cadenas españolas apuesten de verdad por los contenidos de calidad, y que no se tomen el advenimiento de la TDT como un simple cambio técnico en el sistema de difusión. Todo sea por evitar el riesgo de llegar «sobre la bocina» a la hora del apagón analógico.
Vía: Impulsa TDT (pdf) / Fenitel / Producción Profesional (edición impresa)