Ya llevan un millón de firmas. Un millón de firmas para evitar que ocho sociedades privadas se queden cada año con 2.000 millones de euros de los sufridos consumidores. Todo porque quieren aumentar y multiplicar ese impuesto revolucionario que se llama canon. Un canon que, ahora nos cobran cada vez que vamos a la tienda a comprar un disco virgen o algunos equipos electrónicos.

En efecto, los últimos datos de la asociación de la industria electrónica AETIC indican que los consumidores tendrí­amos que pagar hasta 2.000 millones de euros anuales si el ULTRA-CANON que exigen las Entidades de Gestión sale adelante.

Unas entidades de gestión que son sociedades privadas y se dedican a recaudar ese dinero de forma ejecutiva. Además de ingresarlo en sus cuentas y gastarlo sin dar cuenta a nadie sobre sus finanzas, alguna se dedica, por ejemplo, a comprar teatros. Les sobra mucho dinero y están construyendo su propio emporio cultural.

Al final, estas sociedades privadas terminaran decidiendo la cultura que tenemos que ver mientras nos siguen cobrando un dineral por cada equipo electrónico que compramos en la tienda.

El problema del famoso canon es que algunas sociedades privadas (como la SGAE y otras siete entidades de gestión de derechos de autor) nos quieren obligar a pagar un dineral por cada equipo digital que compremos. Estas entidades están presionando al Gobierno para imponer UN IMPUESTO EXTREMO. ALGO QUE SE EMPIEZA A CONOCER COMO EL «ULTRA-CANON».

Intentan poner un sobreprecio altí­simo a casi todos los equipos electrónicos que compramos los españoles. Un sobreprecio que, en algunos casos, es 200 veces mayor de lo que deberí­a ser, comparado con otros paí­ses, según todos los estudios en este sentido aportados por AETIC.

De hecho, ya pagamos un canon brutal por los discos CD y los DVD. Pero ahora quieren poner canon a más cosas. Seguir con los reproductores MP3, con equipos DVD, ordenadores, tarjetas de memoria. Y me refiero a esas que se usan en los teléfonos móviles o en las cámaras de fotos.

Por ejemplo, el precio medio de un sintonizador de TDT con disco duro aumentarí­a un 78%; el de un grabador de disco duro, un 80%; un equipo de ví­deo de bolsillo, un 68%; un disco duro multimedia, un 55%; un reproductor MP3, más de un 70%; un ordenador portátil, un 25%, y una memoria USB de 1GB, casi un 10%.

El problema es que el 99% de los españoles tenemos como mí­nimo uno de estos aparatitos.

Y, además, este tipo de canon es claramente injusto. Ataca directamente contra el derecho constitucional de presunción de inocencia. Nos obliga a pagar por adelantado por cada equipo suponiendo que todos somos piratas y que los usamos para grabar de forma ilegal. Aunque no se use para piratear.

Falta menos de un mes para que el gobierno se pronuncie sobre el tema. Y el problema se producirí­a si el Gobierno hiciera caso a estas sociedades. En este caso nos encontrarí­amos con que los equipos electrónicos en España tendrí­an los precios más altos de Europa.

Al final, muchos los terminaremos comprando fuera de España y luego empezarí­an los problemas de garantí­as, de empresas que quiebran, que nadie nos atiende cuando se nos estropea el equipo y que hay que mandarlo a Alemania”¦

Una vez dicho esto, sólo nos queda seguir comunicándolo y confiar en la honradez, capacidad de análisis y sensatez de los responsables del Gobierno.

Si quieres protestar contra este canon, puedes firmar una petición

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